Si escuchar el Surfer Rosa de los Pixies fue toda una revelación (en el sentido más espiritual del término), que provoco un cambio radical en mi forma de escuchar música, cuando, a los pocos meses de aquello, descubrí los sonidos distorsionados y aplastantes de Sonic Youth, mi concepto del rock cambio de forma definitiva.
Con ellos el ruido se convirtió en arte (sin perder la melodía) y de igual forma que en otras corrientes artísticas transgresoras, generaron adeptos y detractores. Yo fui de los primeros. Desde ese momento muchas de las bandas de las que había sido seguidor, me parecían simples y aburridas.
Con ellos el ruido se convirtió en arte (sin perder la melodía) y de igual forma que en otras corrientes artísticas transgresoras, generaron adeptos y detractores. Yo fui de los primeros. Desde ese momento muchas de las bandas de las que había sido seguidor, me parecían simples y aburridas.
Ellos fueron los inductores de mucha de la música que se hizo a finales de los 80, toda la década de los 90 e incluso en la actualidad.
Sonic Youth, nació como grupo en New York en 1981 y fue la banda más popular del denominado Noise-Rock o Noise-Pop. Aun nos reglan discos de gran poder sónico.
¡El ruido al poder!